• Capitulo II

    II

    Abrió la puerta de nuevo dispuesta a llegar a su trabajo rápidamente, ya se le había hecho bastante tarde y lo menos que quería era un retraso, cerró la puerta y al girarse…

    — ¡Hola!—Le saludo una sonriente muchachita de unos dieciséis o diecisiete años—Ya se te hizo tarde ¿Verdad? Eso no es muy común en ti, da igual, de todos modos necesito que me lleves.

    —Como tú lo has dicho, Lety, estoy retrasada y no tengo tiempo de desviarme, además, ¿No deberías estar en la escuela?

    —No hay clases hoy—Le dijo la muchachita mientras jugaba con el lazo de la maga de su blusa—Y a donde quiero ir esta por donde trabajas, hazme el favor.

    —Si esta cerca te llevo, pero desde ya te digo que no me desviaré a ninguna otra parte—Siguió su camino hacia su auto sin prestar atención si la chica le seguía, pero si le seguía y esta daba pequeños saltitos cual niña de seis años.

    — ¡Qué bueno!—Canturreo con alegría—Ya se me hacía que hoy no iba.

    Las dos siguieron caminando hasta donde se encontraba el auto aparcado, Kelsey entro y Lety se sentó a un lado de ella, así comenzaron su camino hasta sus respectivas paradas, por un rato no hubo conversación alguna, solo se escuchaba el alegre y despreocupado tararear de Leticia mientras veía por la ventana con ojos soñadores, de vez en cuando volteaba a ver a Kelsey, finalmente esta comenzó la conversación.

    —Deja de mentirme sobre la escuela—Le dijo tranquilamente pero con un tono marcado de autoridad—Ya sé que hoy si hay clases, pero quiero saber la razón tan “poderosa” que has tenido para faltar.

    —Hum—La chica pareció pensárselo un momento, pero finalmente hablo—Quiero ir a ver a una amiga, está enferma y no quiero dejarla sola porque sus padres están de viaje.

    —Solo por eso—Pregunto incrédula—Podrías haberla visto cuando se recuperara

    —Ya te dije que está sola—Le repitió molesta por la falta de comprensión de su amiga—Es mi única amiga, bueno a parte de ti—corrigió avergonzada—Tengo que preocuparme por ella.

    Aquel comentario le devolvió el recuerdo de la carta de esta mañana e inevitablemente hizo una mueca de disgusto ante el recuerdo, cosa que no paso desapercibido por su compañera.

    — ¿Y qué tienes? Te veo extraña desde que te vi salir de tu casa—Puso cara pensativa mientras se recargaba en el marco de la ventana del auto—Es raro, te conozco bien tanto como tú a mí y no es normal que estés con ese humor, eres más….

    —Cosas sin importancia—Contesto cortante, no tenia ganar de hablar de eso.

    —No creo que sean “sin importancia”, si estas así es porque te tienen pensativa… O preocupada—Comento Lety cautelosa.

    —No es así.

    —Como sea—Pareció rendirse mientras se hundía en el asiento y Kelsey se sintió aliviada por eso—Cuando estés lista me lo contaras, si no yo te obligaré.

    La chica le dedico una sonrisa picara, enseguida la indico que ya habían llegado y se detuvieron frente a una pequeña casa color azul claro, Leticia se bajo y se despidió de Kelsey, no sin antes decirle que al salir de su trabajo fuera a buscarle a lo que Kelsey acepto. Después de eso se dirigió hacia su trabajo.

    Ese día no fue muy diferente a los demás, llego y varios de sus compañeros le dieron el buenos días, se sentó en su escritorio y encendió su PC de trabajo, tenía que completar la traducción de unos manuales y ese día acepto una traducción de un pequeño libro que una chica encontró, esto era por su cuenta, no tenía nada que ver con su empresa, realmente le venía muy bien tener pequeños trabajos fuera de su empresa así tenía un poco de ingresos extras para cualquier capricho que quisiera.

    Así pasaron las horas, entre trabajar en los manuales, que pocos no eran, el descanso para comer, charlar con sus compañeros, hasta que por fin callo la tarde y con ello llego el término de su jornada. Kelsey era de las que siempre salía de últimos, así le gustaba pues no quería toparse con nadie y que le invitaran a una de sus diarias salidas nocturnas, no era que no le gustara… ¿A quién iba a engañar? ¡No le gustaban! Termino de apagar su PC y se dispuso a irse cuando escuchó que alguien le llamaba.

    — ¡Kelsey! ¡Eh, Kelsey!—Le llamo una mujer unos cuantos años mayor que ella—El otro día te negaste, pero hoy no puedes, quiero que me acompañes esta noche—Le propuso la mujer.

    —Hoy no, Karen, hoy no puedo—Se negó amablemente Kelsey mientras se disponía a irse.

    —Vaya… Ya te has negado muchas veces—Le recrimino la otra cruzándose de brazos—Si hasta parece que desde que nos acostamos soy como la lepra para ti.

    Si, se habían acostado aun de hecho desde aquella vez ya habían pasado casi cinco meses y le parecía ya bastante impresionante poder haberse zafado tantas veces de la insistencia de Karen. Para ser sinceros había sido una equivocación terminar en la cama con la mayor, pero en ese momento no pudo detenerlo, mas bien, detenerse a sí misma, había sido en la fiesta antes de navidad que hicieron todos los trabajadores de la empresa en un bar, ella no había querido ir pero la mujer, que en ese tiempo era algo así como su amiga, le insistió en ir debido a que sería su primera fiesta en la empresa porque en ese tiempo a penas iba a cumplir el año allí, así que haciéndole casi a su amiga fue, pero no recayó en el detalle de que habría alcohol y, obviamente, bebería porque no se podía resistir a ello, así que al final termino “seducida por Karen” y finalmente en la cama de ella, la verdad esa vez había sido su primera vez con una chica, mas no su primera vez, ya había tenido relaciones con su primer novio y justamente en esa vez corroboró que prefería a las chicas.

    —No es eso Karen, iría pero—Trato de pensar rápido en una excusa y justo la encontró—Tengo que recoger a una amiga y ya se me ha hecho tarde

    —Oh, ¿Una conquista?

    — ¿Celosa?—Pregunto divertida—No deberías, no somos nada, de todos modos para tu tranquilidad te diré,  es la hija de unos vecinos y ella está a mi cuidado.

    —Si tú lo dices, en fin, vete—Suspiro derrotada, al final siempre pasaba lo mismo, nunca conseguía que Kelsey saliera con ella.

    Finalmente Kelsey pudo salir de su trabajo, y se fue rumbo a la casa de la amiga de Lety, cuando al fin llego sonó dos veces la bocina hasta que esta se asomo por la ventana así que desde el auto le hice señas para que ya saliera, varios minutos después Leticia salió.

    —Te tardaste mucho en salir, estuve considerando el dejarte—Le dijo con burla a la menor.

    —Estaba en medio de una conversación importante, llegaste el mal momento.

    —Como sea.

    Durante todo el camino estuvieron en silencio, Lety miraba alguna cosa en su celular y Kelsey solo ponía atención en manejar, después de media hora llegaron a casa y al bajarse del auto la chica le hizo una pregunta.

    —Eh, Kelsey, ¿Puedo quedarme hoy a dormir aquí?—Le pregunto tímidamente, no solía pedirle hospedaje muy a menudo pero ese día lo necesitaba.

    —Sí, está bien—Le contesto— ¿Anda algo mal con tu padre?—Le pregunto con curiosidad.

    —Hoy sale a tomar con sus amigos—Le respondió esta mientras entraba a la casa y se sentaba en el sillón—Cuando llegue no lo quiero ver, ya sé que va a estar borracho—Hizo una mueca de asco—Y probablemente hoy venga de malas.

    — ¿Te peleaste con él, cierto?—Casi que una pregunta había sido una afirmación, la chica asintió ante la pregunta.

    —No quería dejarme ir a ver Diana.

    —Tenías clases, es más que obvio que no te dejara—Le recordó

    —No, solo busca una excusa para golpearme de nuevo—Al decir esto Lety tenía una expresión desganada, como si no le diera importancia al asunto, pero Kelsey que la conocía desde hacia tiempo sabia que le dolía lo que estaba diciendo.

    Leticia había sido hija única de un matrimonio difícil, el padre de ella era un hombre adicto al alcohol desde que era muy joven, cuando estaba sobrio realmente era un hombre que hasta podía parecer decente y educado pero esto solo era una fachada, cuando el hombre se tomaba litros de cerveza como el acostumbraba, se transformaba en su verdadero ser y este era un hombre violento, sobre todo. La madre se Lety era una mujer diferente, era amable por naturaleza, quería a todo el mundo y se preocupaba por todos, pero en especial por su hija, más en los momentos cuando su esposo llegaba borracho a casa y, como hombre cobarde que era, golpeaba o más bien, trataba de golpear a su hija por ser la más débil, aquí era donde el amor de su madre entraba pues ella recibía los golpes que eran para la niña. Cuando ella había llegado a esa casa hacia cuatro años, que de hecho antes estaba la vieja casa de su tía Isela, en ese tiempo ella tenía la misma edad que ahora mismo tiene Lety, dieciséis y Lety en ese tiempo era más pequeña, tenia once años, casi doce. Aun recordaba que, curiosamente, le había tocado ser su vecina y de vez en cuando escuchaba los gritos de la pequeña debido al miedo “Mama, mamá… déjala papá por favor, no la lastimes más” escuchaba varias noches al mes, eso, junto con los gritos de la mujer por el dolor no le ayudaban mucho ya que en ese tiempo había pasado por la muerte de sus padres.

    Las cosas fueron así por un tiempo hasta que un día solo escucho a la policía llegar al hogar de Leticia, su madre había muerto, más bien, su padre la había asesinado eso sabía ella y cualquiera que tuviera algo de cerebro, que, obviamente no tenían los policías al haber declarado el caso como “muerte por accidente; cayo de las escaleras” solo porque el asesino así lo había declarado. Oh, vaya que ella sabía lo incompetente que podía llegar a ser la policía. Antes de ese indecente no había cruzado más que dos o tres veces la palabra con Leticia, pero sabía que a pesar del ambiente que tenía en su casa ella era feliz y se le notaba, pero después de que su madre se fue siempre la veía triste, entonces fue así que decidió hacerse su amiga, al principio fue difícil porque no lograba sacarle mucha conversación pero con el tiempo fue ganando confianza con ella. El tiempo paso y la herida de Lety parecía haber sanado, trataba siempre de ayudarla en lo que podía y le consolaba cuando por las mañanas o tardes llegaba llorando porque había discutido con su padre y casi le tocaba ser golpeada de nuevo, el hombre era listo y no volvió a golpearle tan repetidamente como en antes.

    Recordó que cuando cumplió los dieciocho años pudo recibir el dinero que sus padres le habían dejado, su tía se mudo a una ciudad mucho más alejada, ella demolió la casa vieja y construyo una nueva, que es donde vivía ahora, y realmente le encantaba, Lety se quedaba desde ese tiempo cada vez que su padre iba a tomar para no encontrarse con él y no desatar ningún evento que lamentaría mucho. Lety desde entonces fue lo que era antes, aun que le faltara su madre, pero volvió a ser la niña feliz que vio al llegar a ese lugar, si no fuera aun tan joven podría decir que veía a esa chica como su hija porque la cuidaba como si fuera tal aun que la propia Leticia no se diera cuenta.

    —Oye, Kelsey—Le llamo Leticia mientras la zarandeaba del hombro, de hecho ni se había dado cuenta de cuando se había entado en el sillón junto a ella— ¿Qué tanto piensas? Quería preguntarte algo.

    — ¿Qué quieres preguntarme?

    La menor tomo uno de los sobres que estaban en la mesita y se lo mostró.

    — ¡Esto!—Le señalo el logo del frente de la carta y el nombre que estaba debajo de ella— ¿Esto es tuyo?

    —Si es mío, llego hoy por la mañana—Hizo un amago con la mano como restándole importancia—Una tontería de una vieja escuela a la que yo iba en mi otra ciudad.

    —Entonces tu ibas allí—Murmuro pensativa—Mi prima también esta yendo, ella vive allá, dice que es estupenda, cuando yo era pequeña quería estudiar allí—Le comento felizmente recordando los tiempos en los que tenía siete u ocho años—Yo la vi en un folleto cuando era pequeña y se me hizo hermosa, pedí ir pero era muy caro viajar todos los días de aquí a la otra ciudad. Mamá me prometió que me llevaría a estudiar aun que sea mi último año ahí…. Pero ella… Ya no pudo.

    Al final de su relato ella ya no pudo contener las lagrimas, no eran tanto por el sueño frustrado de no poder haber estudiado donde quería porque al fin de cuenta no era tan importante, era porque recordaba que su madre ya no estaba con ella más y ni siquiera pudieron cumplir algo como eso, en esos momentos era cuando todo era más real para Leticia.

    —Lety, no tienes porque contarme eso si te hace daño

    —No, no, está bien—Le reconforto mientras de limpiaba sus lagrimas—Es solo que la mayoría del tiempo no me duele, pero hay momentos donde me caigo a la realidad.

    —El mundo es cruel …—Se adelanto a lo que iba a decir, Lety siempre decía eso, lo había visto en uno de esos animes que tanto le gustaba ver en su computadora cuando venía a su casa—Yo más bien pienso que las personas son quienes son crueles.

    —El mundo son las personas—Le contesto—Kelsey, llévame.

    — ¿A dónde?—Le pregunto confundida, no sabía a donde quería que le llevara y más a esas horas de la noche

    —Quiero hacer la última cosa que mi madre me prometió—Le hablo casi murmurando—Yo se que te invitaron a una reunión, llévame allí contigo, solo quiero ver allí—Miro a los ojos a su amiga—Y no, no es algo tonto, para mi tiene significado.

    —Yo se que sí, pero no puedo ir.

    — ¿Por qué? ¿Cuál es el problema?—Le pregunto realmente confundida y algo desesperada.

    —Es que yo no me gradué de allí, ni siquiera sé porque me ha llegado eso ¿A qué voy?—Se quedo callada un momento, realmente viéndolo bien no tenía una razón por la cual ir, primero que nada no se había graduado, era cierto que entro al primer año cuando esta se construyo aun que dudaba que esta fuera la razón de la reunión porque normalmente se hacen en años cerrador y si, no hacia mal las cuentas la escuela llevaba trece años que existir, en todo caso hace tres años debió ser la reunión de la primer década—No tengo nada que hacer ahí.

    —Oh vamos… Hazlo por mí ¿Si? Nunca te pido nada—La chica puso su cara más tierna a consideración junto con una gran sonrisa para tocar el corazón de su amiga—Pooor faaavor Kelsey

    Se lo pensó un momento, si quería hacer eso por ella, aun que no entendí la razón de porque quería ir, aun que se la había dicho no lo entendía, igual no sería mala idea visitar su ciudad natal pues hacia más de cinco años que se había mudado y tenía ganas de ver cuánto había cambiado.

    —Está bien, te voy a llevar—Lety al instante comenzó a dar saltitos de alegría mientras aplaudía—Pero no voy a entrar.

    — ¿Eh? ¿Por qué no?—Ella paro su expresión de júbilo para verle seriamente contrariada

    —Ya te dije, no tengo nada que hacer allí.

    —Ya—Leticia se puso pensativa por unos segundos y después recupero su semblante alegre para decir algo— ¿Va a haber comida?—Pregunto sin sentido

    — ¿Qué? ¿A qué viene eso?... Pero si, supongo que si habrá comida.

    —Eso, vamos a gorronear entonces y no sé, quizá haya fiesta, a bailar o algo, equis, no sé. Es buena excusa para que yo entre, no solo quiero verla por fuera.

    Kelsey estallo en una sonora carcajada, a veces Leticia podía ser muy infantil cuando quería, claro, era normal considerando que no tuvo una niñez demasiado feliz. Leticia frunció el seño ante la aparente burla de su amiga y se cruzo de brazos sentándose pesadamente en el sillón.

    —Ya niña no te enojes—Le dijo Kelsey poniendo una mano en su cabeza mientras aun tenía un leve tono de risa en su voz—Es que a veces eres jodidamente adorable—La chica enrojeció de pronto olvidando todo su enfado—Y  tonta

    —Gracias—Le contesto ella con sarcasmo ante el ultimo “cumplido”

    —Está bien entraremos, pero sigo creyendo que no tengo nada que hacer allí, probablemente se equivocaron o algo, ya verás.

    —Tal parece que le tienes miedo a ir por alguna razón—Comento ella mirándole fijamente—De todas formas no creo que sea una equivocación, por algo tienes que estar allí o alguien quiere que estés allí, hay algo

    Leticia se paro para ir a la cocina, probablemente tenía hambre, ay era rutina que siempre que venía cenaban algo juntas y, extrañamente, lo cocinaba Lety porque los conocimientos en cocina de Kelsey eran casi nulos, probablemente lo había aprendido con su madre.

    “Alguien quiere que estés allí” Se repitió mentalmente, de pronto a su mente acudió alguien que le había acompañado en esa escuela mientras estuvo. “Leah” Pensó, ¿Ella iría? ¿La habrían invitado también? ¿Se habría graduado? Era cierto que ella no se llevaba bien con la mayoría de gente en la escuela así que no sabía que esperar, de alguna forma se sintió entraña al pensar en que la vería se nuevo. De pronto recordó que ya habían pasado años desde la última vez que se vieran, probablemente no la reconocería si es que ella llegaba a ir también ¿Qué clase de persona sería ahora? No lo sabría porque era más que seguro que no hablarían y entendía las razones de por qué no lo haría ya que sabía muy bien como se había portado con ella en aquel tiempo, aun que no se arrepentía de ello ya que así se evitaron causarse dolor la una a la otra

    “Ya la lastimaste” Le dijo su conciencia, estúpida conciencia. Probablemente ella se le habría pasado y no tenía por qué preocuparse por ello ni pensar las cosas que estaba pensando.

    —Kelsey, ayúdame a hacer la cena, ya deja de estar pensando en quien sabe que—Le hablo la voz de Leticia desde el marco de la cocina.

    —Ya voy—Dijo Klesey mientras se ponía de pie e iba a ayudar a su amiga

    Durante esa noche no volvió a pensar en Leah ni en la reunión, ni tampoco Leticia lo menciono, pasaron una buena cena, más tarde cada una se fue a adormir dispuestas a comenzar mañana un nuevo día.

     

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